El control interno no es una secuencia estricta de componentes, en que cada uno influye únicamente en el que le sigue; el control interno es dinámico y flexible, de tal manera que todo componente puede impactar sobre otro, provocando acciones determinadas que corrijan una desviación o refuercen una medida.
Cada organización diseña su sistema de control interno, teniendo en cuenta sus características y condiciones, este aspecto es esencial para que dicho sistema sea efectivo.
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